Si el puma no va a la montaña, la montaña va donde el puma
A las 6:45 de la mañana, sobre las sábanas revolcadas del hotel donde había pasado la noche de ese 2 junio, el bip bip del celular alertó con un mensaje la presencia de un puma en la zona. Harvy quien conducía su camioneta en sentido contrario al destino que yo marchaba, me ha presagiado que me alcanzará, me comerá vivo en la subida en menos de una hora.
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