Menú

Menú

La Isla más feliz del Mundo: El Islote

Este es un material inédito que se grabó en el año 2011. Una producción independiente que pretendía mostrar la realidad del Islote de Santa Cruz en aquella época. Casi 9 años después lo hago publico como sinónimo de agradecimiento a quienes me contaron su historia frente a la cámara, al Maestro Alexander Atencio Gaspar y también, al equipo de trabajo: Jhon Hernández, Marcos Mariño, Antonio Ruiz, Jorge Amaya, Héctor Niel y Santiago Ospina.

Esta es la Historia de Aida Castillo, la modista más feliz del Islote, mientras la entrevistaba recuerdo que pensé que si ella a pesar de la amputación de su pierna y la artritis crónica tenía la capacidad de hablar tan bonito de Dios y de la vida, repitiéndome una y otra vez que era feliz. Yo y muchos más, deberíamos ser más agradecidos con la vida por todas las oportunidades que día a día nos da. En el 2011 Aida Castillo vivía en Cartagena, donde podía atender con mayor facilidad a los controles médicos de la diabetes que la agobiaba.
Esta es la historia de Guillermo Cardales, un habitante que recogía y llevaba agua desde la Isla vecina de Tintipán para venderla en el Islote. Guillermo o el “mono” como lo conocen, sueña con profesionalizarse como profesor de futbol y crear una escuela de formación con niños de la isla.
Editando esta historia pensé en dos cosas: primero, dar gracias una vez más a la vida por todo lo que me ha dado; Segundo, preguntarme en qué momento abandoné este proyecto tan bonito. La función social y humana de nosotros los periodistas, es llevar estas historias a otras geografías para que finalmente lleguen al alma y al corazón de quienes pueden ayudar. José de la Os me impresionó en cada momento de la entrevista, su testimonio es una muestra de que en Colombia existen personas que en solitario, superan sus dificultades, rompen sus propios límites y salen siempre adelante. No sé si sea muy tarde para pedir ayuda, si no lo es, es momento que este video cumpla su función social.
Cuando intenté entrevistar a Manuel Mesa o “ñiqui” como lo conocen en el Islote, tenía frente a mi un niño con un silencio misterioso, eso que algunos tal vez llaman autismo. Su talento no estaba en la palabra, estaba en el dibujo y la pintura. En el año 2011 “Ñiqui” había pintado en las paredes de un Hotel que funciona en Isla Múcura varias paredes y senderos. Su familia y amigos esperaban verlo en algún momento estudiando bellas artes en alguna ciudad de Colombia donde seguramente distinguiría por su talento.

Compártelo si te gusto

Más para ver

Scroll al inicio